Los procesos creativos de Noemi Arrocha van vinculados inequívocamente al material (piedra en su gran mayoría) y éste, al proceso y método de ejecución, enlazados en la tradición que tanto le influyen.
Como musa del proceso, el cuerpo femenino y sus formas, ligadas a las transformaciones físicas y mentales de la realidad de la misma. Estas partes de realidad, reaparecen en el mundo tridimensional desvinculado y descontextualizado de su lugar original, quedando en manos del observador. El fin es obtener una lectura completamente nueva del objeto, que queda en manos del espectador como un elemento a componer mediante su propia sensibilidad. Cierto es que para que exista una favorable lectura de la misma, aparecen símbolos que te ayudan a sentirla, aunque sea de forma fugaz, la intención será que a través de la lectura de sus símbolos le transporten a la forma original de la que partió.
Nada es casual, todo tiene un por qué, desde el modelo escogido para buscar la forma a desarrollar hasta el material (la mayor parte de la veces piedra), forman parte de un proceso externo e interno, en un continuo análisis de los procesos y las transformaciones, esencia del acto creativo. El resultado se descubre entre líneas sinuosas y delicadas, que se componen con efímeras y ligeras masas, que el espacio y la atmosfera, acaba por completar.
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